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Algunas cuestiones actuales sobre el orgasmo

 

 

Consuelo García Navarro, es Psicóloga Sanitaria y experta en Sexualidad Humana y Educación sexual por la UNED. Máster en Salud Sexual y Sexología Clínica por la UNED y Directora de SAUDADE PSICOLOGÍA.

 

En este breve artículo presentamos al lector algunos de los aspectos más relevantes en relación con el orgasmo, tanto femenino como masculino; vamos a seguir, principalmente, el trabajo de uno de los más importantes investigadores actuales sobre este tópico, el Dr. Barry K. Komisaruk. En 2012 el profesor Komisaruk, que se siente orgulloso de poder hablar en español, visitó nuestro país e impartió varias conferencias y talleres en el marco del programa de posgrado de salud sexual de la UNED¹. El profesor Komisaruk desarrolla su actividad de investigación en la Universidad de Rutgers en New Jerseyy sus trabajos son aportaciones de singular relevancia en el campo de la sexualidad humana.

 

 

¿Qué es el orgasmo?

 

Se puede afirmar que, el orgasmo, desde una perspectiva general es la culminación del placer sexual, un estado de clímax  que  proporciona  una  sensación de repentina liberación acumulada que se inicia en las fases previas de excitación sexual. Money, Wainwight y Hingbuerguer² describen el orgasmo como: “Un breve episodio de liberación física como consecuencia de la vasocongestión y el incremento miotónico experimentado en respuesta a un estímulo sexual”, por su parte, Kinsey Pomeroy, Martin y Gebhard³, se refieren al orgasmo como una: “descarga explosiva de tensiones neuromusculares en el máximo de la respuesta sexual”.

 

Esa sensación puede describirse como el momento en el que se generan una serie de espasmos musculares intensos que  podemos percibir  como  sumamente agradables, a   lo   que   contribuye   la   liberación   de endorfinas.

En el caso de las mujeres, estos espasmos juegan posiblemente un papel muy relevante, ya que, según Komisaruk, uno de los efectos del orgasmo, es que incrementa la succión producida por las contracciones ondulatorias del útero. Cuando el orgasmo se produce durante un coito, esta succión aspira el semen eyaculado, que se deposita cerca del cérvix, en el interior del útero facilitándose así la fecundación.

Komisaruk y col., recuerdan que las  zonas del cerebro y de la médula que controlan el dolor y el orgasmo se solapan; esta asociación tiene, a juicio del autor interesantes consecuencias; así, y por ejemplo, el lado positivo es que, durante el orgasmo producido mediante la autoestimulación del clítoris, las mujeres son un 50% menos sensibles al dolor de lo que lo son en situación de reposo. En este sentido, el orgasmo podría ser considerado una importante fuente de analgesia. En algunos casos, cuando se les pedía a los cirujanos que trataran un dolor que no se podía controlar mediante fármacos, lo que hacían era seccionar unas determinadas  vías  neurales  de  la   médula espinal del paciente, sin embargo, como efecto colateral se producía un bloqueo de la capacidad de tener orgasmos. En algunos casos la cirugía tenía una efectividad sólo temporal, de modo que el dolor reaparecía al cabo de seis meses, pero como aspecto positivo cabe mencionar que también volvía a aparecer la capacidad de tener orgasmos. Con los resultados de estas investigaciones se ha puesto de manifiesto una nueva línea de trabajo cuya mejor comprensión futura podría conducir a nuevos tratamientos contra el dolor.

 

Hay una pregunta importante que debe ser respondida: ¿son los orgasmos producto exclusivo de la estimulación genital o también pueden ser generados por estímulos no genitales? Como es sabido, se han descrito otras fuentes, diferentes de la específicamente genital, capaces de producir la activación necesaria para que se produzca el orgasmo. Algunas de las situaciones en que se han descrito orgasmos sin estimulación específicamente genital se han mencionado las siguientes:

– Orgasmos producidos mediante imágenes mentales y en ausencia de estimulación física.
Experiencias sobre orgasmos femeninos “con el pensamiento” mostraron que las mujeres presentaban un incremento en el ritmo cardíaco, la presión arterial, el diámetro de las pupilas y el umbral del dolor típicos del orgasmo.

 

Orgasmos experimentados durante la meditación.
Kenneth  Ray Stubbs proporcionan detallados ejemplos de experiencias  orgásmicas producidas durante diversos tipos de meditación.

Orgasmos experimentados durante el rezo.
Tal como ha documentado William Stayton. Orgasmos experimentados por mujeres y hombres con lesiones en la médula espinal a través de las caricias del compañero en las zonas de piel hipersensibles no genitales, cercanas al lugar de la lesión.

Ataques epilépticos que producen auras orgásmicas.

Orgasmos “fantasmas”
Experimentados por mujeres y hombres con lesiones en la médula espinal, que sienten orgasmos genitales mientras duermen a pesar de que la lesión bloquea las sensaciones genitales conscientes.

Orgasmos producidos a través de la estimulación de la boca, los labios, el pecho, los pezones, el ano, el hombro o el dedo del pie.
Orgasmos producidos como resultado de la estimulación de cualquier parte del cuerpo por la persona adecuada y de la manera adecuada.

Orgasmos durante el parto.

Orgasmos durante la defecación y la micción enérgica.

Orgasmos producidos por la estimulación eléctrica o química directa del cerebro.
Como se describe en los estudios realizados durante un breve período de la década de 1950, antes de que se impusieran restricciones sobre este tipo de experimentos.

Orgasmos no genitales experimentados bajo la influencia de drogas psicodélicas.
Orgasmos producidos inesperadamente mediante la estimulación eléctrica de la columna vertebral para, en principio, controlar el dolor.

Orgasmos producidos mediante la estimulación tras una cirugía transexual (tanto en sentido hombre- mujer como mujer-hombre).

 

Este conocimiento de los elementos estimulares capaces de producir orgasmos tiene gran importancia en lo que respecta a la relación entre discapacidad y orgasmo. Así, las investigaciones recientes  sugieren que la principal diferencia en el funcionamiento sexual entre las mujeres con discapacidad y las mujeres sin discapacidad puede ser explicada por las dificultades que las mujeres con discapacidad experimentan en la búsqueda de una pareja. El nivel de deseo sexual es el mismo, pero el nivel de actividad es significativamente menor porque hay menos mujeres con discapacidad que tengan compañeros, lo que, obviamente, reduce sus oportunidades.

En general, la expresión sexual en el caso de mujeres con problemas motores (como parálisis) se ve menos afectada que en el caso del varón; una posible explicación es que resulta físicamente más sencillo para la mujer adaptar o redefinir su rol sexual, aunque sea de forma pasiva.

Las mujeres que sufren paraplejia o tetraplejia y en edad  fértil  suelen  recuperar  su  ciclo menstrual y casi el 50 por ciento no se pierden un solo período posterior a la lesión. El embarazo es posible, y la médula espinal de mujeres lesionadas permite un parto vaginal normal, a  pesar de que  son  posibles  complicaciones en el embarazo. Entre estas se encuentra la disreflexia autonómica y prematura (para las personas con lesiones por encima de T-6, caracterizado por la presión arterial alta, sudoración, escalofríos, y dolor de cabeza) durante el parto. En este sentido, Komisaruk, Wise, Frangos, Liu, Allen y Brody, precisan que esas mujeres no notaban sensación física alguna ni en piernas, caderas, abdomen o clítoris, pero sí en la parte más interior de la vagina. En sus experimentos algunas incluso alcanzaban el orgasmo. Eso se convirtió en uno de los principales descubrimientos en la carrera de Barry Komisaruk: el nervio vago (que conecta el cerebro con diferentes órganos internos, sin pasar por la columna vertebral), alcanzaba también la parte más interna de la vagina y estaba involucrado de alguna manera en la estimulación sexual.

También hay algunas consideraciones especiales relacionadas con la anticoncepción. Los anticonceptivos orales están relacionados con la inflamación y la formación de coágulos en los vasos sanguíneos y el riesgo de presentar este problema es mayor en las mujeres con lesiones de médula espinal. La mujer paralizada no puede sentir los dispositivos intrauterinos, lo cual puede causar algunas complicaciones difíciles de detectar. Por otro lado, el uso de diafragmas y espermicidas puede ser difícil para aquellas mujeres con destreza manual reducida. En algunos casos, la lubricación vaginal puede ser un problema; así algunas mujeres que sufren lesión en la columna (SCI-Spinal Cord Injury) informan que tienen lubricación refleja, pero otras no. Cuando se necesitan sustitutos, lubricantes solubles en agua, por ejemplo, en la actualidad: Astroglide, jalea KY¹⁰, son los lubricantes de elección. La vaselina no se recomienda.

 

El orgasmo es posible en una mujer paralizada si hay alguna inervación pélvica residual, aunque esto es relativamente raro. Algunos hombres y mujeres son capaces de experimentar lo que se ha denominado “paraorgasmo” o “orgasmo fantasma,” a través de la reasignación de  la respuesta sexual  de las  zonas  del cuerpo afectadas por la lesión. Esto se describe como un placentero orgasmo   fantaseado  que   intensifica mentalmente una sensación existente.

En lo que respecta a los orgasmos, tanto femeninos como  masculinos,  es  necesario  señalar que pueden ser muy distintos en una misma persona. Para una mujer, por ejemplo, la calidad sensorial de un orgasmo depende de dónde tiene lugar la estimulación: el clítoris, la vagina o el cérvix. El clítoris está conectado principalmente a los nervios pudendos; la vagina, a los nervios pélvicos, y el cérvix, a los nervios hipogástrico, pélvico y vago. Aunque la estimulación de cada una de estas zonas puede, por sí sola, producir orgasmos, la estimulación combinada de dos o tres regiones da como resultado un efecto aditivo, produciéndose un orgasmo más general, lo que se describe como un: “orgasmo global”.

En el caso del hombre, los nervios pudendos transportan  los  impulsos  nerviosos  desde  la  piel  del glande del pene y el escroto, y los nervios hipogástricos lo  hacen  desde  los  testículos  y  la  próstata.  Por  lo tanto, la estimulación de estos dos grupos nerviosos puede ocasionar sensaciones de algún modo distintas. En  los  hombres  pues,  el  orgasmo  depende  casi  por completo  de  la  estimulación  del  glande  del  pene¹¹. Casi siempre está acompañado por la eyaculación de líquido  seminal.  Mientras  ocurre  la  eyaculación,  una serie de cuatro o cinco contracciones es acompañada por sensaciones placenteras. Algunos hombres tienen poderosas reacciones físicas durante el orgasmo, que  en  algunos  casos  van  acompañadas  por  fuertes sonidos  vocales  y  movimientos  corporales  bruscos, otros sin embargo tienen orgasmos más tranquilos y silenciosos; pero la mayoría de hombres experimenta una gama de intensidades entre estas dos reacciones extremas. Para  muchos  hombres, la principal  fuente de  placer  orgásmico  es  una  eyaculación poderosa. Otros hombres experimentan numerosas sensaciones orgásmicas   continuas, prolongadas después de la eyaculación. Incluso, se ha informado de que algunos podrían experimentar un patrón similar a los orgasmos múltiples de las mujeres, una serie de mini-orgasmos poco espaciados que llegan al clímax con la eyaculación.

En este artículo hemos  pretendido  resumir parte de los conocimientos actuales sobre el orgasmo, conocimientos impulsados en gran medida gracias al trabajo de investigadores como el Dr. Komisaruk. En definitiva se trataba de ofrecer una breve introducción a un campo muy amplio que intentaremos ir desentrañando en artículos posteriores.

 

¹ Se puede ver una de sus conferencias en: http://www.uned.es/saludsexual/jornadas/2012/komisaruk.htm

² Money J., Wainwight, G. y Hingbuerguer D., “The Breatheless Orgasm: A Lovemap Biography of Asphyxiophilia” New York, Prometheus Books, 1991.

³ Kinsey, A., Pomeroy, W., Martin, C. y Gebhard, P, “Sexual Beha- viour in the Human Female” Filadelfia, W.B. Saunders, 1953.

⁴ Recordemos que las endorfinas, son unas substancias peptídicas, producidas de forma natural en el encéfalo que bloquean la sensa- ción de dolor y están relacionadas con las respuestas emocionales placenteras.

 Komisaruk, Barry R, Beverly Whipple, Nasserzadeh, Sara, Carlos Beyer-Flores, “Orgasmo. Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar”, Paidos, Barcelona, 2011, Pág.43

 Komisaruk, Barry R, y otros. Op Cit. Págs 29-30.

⁷ El Centro para la Investigación sobre la Mujer con Dis- capacidad, UAB España Centro de Rehabilitación / RRTC Médica en complicaciones secundarias en el SCI, Veteranos Paralizados de América, Spinal Cord Injury Association Nacional.

 Se puede obtener más información en: http://www.christopherree- ve.org/site/c.mtKZKgMWKwG/b.4453433/

⁹ Komisaruk BR, Wise N, Frangos E, Liu WC, Allen K, Brody S. “Women´s clitoris, vagina, and cervix mapped on the sensory cortex: fMRI evidence”, J Sex Med, 2011 Oct 8 (10)2822-30. doj: 10.1111/j1743-6109.2011

¹⁰ Lubricante estéril, de uso general, soluble en agua. Alivia la se- quedad vaginal (en casos de menopausia, post-parto, contracepción hormonal…) y elimina los molestos síntomas provocados por los picores. También facilita la inserción de tampones y termómetros rectales. Está diseñado para lubricar la mucosa vaginal y rec- tal. Su composición y textura, similar a la de las secreciones fisiológicas proporciona sensaciones naturales. Es compatible con el uso de preservativos de látex al tener una base acuosa.

Además es incoloro, inodoro, hipoalergénico y de pH neutro. No mancha, se aclara fácilmente con agua y es compatible con el uso de anticonceptivos.

¹¹ Fuente: Carl R. Darnais. Army Medical Center. http://www. crdamc.amedd.army.mil/Default.aspx