Cómo saber si el refuerzo intermitente
está afectando a tu relación en pareja
Sofía Cobollo Jarabo
El refuerzo intermitente fue un término acuñado por Skinner dentro de su teoría del aprendizaje del Condicionamiento Clásico u Operante. La teoría del aprendizaje explica la conducta o los comportamientos voluntarios del cuerpo y su relación con el ambiente. Es decir, cuál va a ser la respuesta voluntaria de nuestro cuerpo ante la aparición de un estímulo. Dicha respuesta puede ser reforzada como algo positivo, como consecuencia de algo positivo, o como negativa, cuando desaparece algo aversivo o negativo.
¿QUÉ SON LOS CASTIGOS Y LOS REFUERZOS?
Dentro de la teoría del aprendizaje explicada brevemente arriba, podemos encontrar dos conceptos el castigo y algo que ya hemos mencionado, los refuerzos. Los castigos, pueden ser de dos tipos: positivos y negativos. Un castigo será positivo cuando ante la realización de un comportamiento concreto aparece un evento negativo. De manera que un castigo será negativo cuando ante la aparición de dicha conducta se elimina algo positivo o deseado.
Por tanto, lo que se persigue con los castigos son la eliminación de conductas concretas, contrariamente a lo que se pretende con los refuerzos negativos y positivos, que buscan que el comportamiento se mantenga o se dé más veces.
¿QUÉ TIPOS DE REFUERZOS EXISTEN?
Los refuerzos o recompensas pueden ser de dos tipos:
- Primarios o intrínsecos: la respuesta que aparece como consecuencia a la aparición de un estímulo o evento es recompensante por sí misma. Por ejemplo, esto ocurre cuando tenemos sed y bebemos agua. En este caso el agua sería un reforzador innato, es decir, no necesitamos aprender que son recompensas.
- Secundarios o extrínsecos: son aprendidos, al contrario que los reforzadores intrínsecos no forman parte inherente a la respuesta ante la aparición de un evento. Por ejemplo, los reforzadores sociales tales como los elogios, o las recompensas materiales serían reforzadores secundarios. En este último caso, las recompensas de tipo monetario va a reforzar la respuesta de forma intrínseca: tenemos hambre y podemos comprarnos comida.
¿QUÉ ES EL REFUERZO INTERMITENTE?
El refuerzo intermitente es un mecanismo de aprendizaje que se encuentra en la naturaleza y en la vida cotidiana. Skinner, comprobó en ratones que, si tras realizar la conducta deseada (p.ej. tirar de una palanca), a veces se reforzaba dicha conducta (p.ej. con un trozo de comida) y a veces no, el ratón repetía dicha conducta muchas más veces y de forma caótica. Si al ratón se le reforzaba de manera continua, es decir, siempre que tiraba de la palanca se le recompensaba con comida, repetía menos veces la acción.
Por ejemplo, esto ocurre para explicar los juegos de azar, especialmente en las máquinas tragaperras. Cuando se juega a las máquinas tragaperras se introduce una moneda (conducta). A veces, dicha conducta se refuerza (recibes monedas) y otras veces no. Dicha recompensa se produce bajo un patrón indescifrable por la persona, de manera que se genera una atracción hacia este tipo de juegos de azar.
¿QUÉ TIPO DE REFUERZO INTERMITENTE NOS ENCONTRAMOS DIARIAMENTE?
Un ejemplo con el que nos topamos diariamente sería es de las notificaciones de las distintas redes sociales, por ejemplo, WhatsApp. En este caso, la conducta de encender el móvil a veces será reforzada con notificaciones y a veces no. De manera que cada poco tiempo volveré a encenderlo y volveré a comprobar si tengo o no mensajes. Este ejemplo también se puede aplicar a Instagram, Facebook, Twitter, TikTok…
Esto mismo también ocurre cuando tenemos antojo de una comida en concreto y abrimos la nevera esperando encontrar dicho alimento, por ejemplo un trozo de chocolate. A veces, cuando abramos la nevera encontraremos chocolate y otras veces no. Si abrimos la nevera y no encontramos nada palatable para nosotros en ese mismo momento, lo más probable es que pasado 5 minutos volvamos a abrir la nevera como esperando que los alimentos que deseamos fueran a aparecer por arte de magia.
Es muy importante diferenciar estos comportamientos de otros comportamientos adictivos ya que no se puede comparar el hecho de volver a abrir la nevera o revisar si tenemos mensajes con la adicción que generan las tragaperras, aunque ambos comportamientos serían adictivos. Volviendo al ejemplo del mensaje de WhatsApp, no es lo mismo mirar el móvil repetidamente porque estés aburrido/a a que lo miremos una y otra vez porque la persona que nos gusta no ha dejado en visto y no nos responde. En este caso, lo que se estaría produciendo es una potenciación del refuerzo intermitente y reglas de por qué se está produciendo esta situación (a lo mejor he dicho algo inapropiado). Y, cuando de repente nos contesta a ese mensaje del cual ya nos habíamos olvidado el refuerzo que se produce entonces es mucho más poderoso que si nos hubiera contestado en el momentos. Esto se produce a que se alivia toda esa incertidumbre y al malestar generado. Dicho alivio y malestar es profundamente reforzante.
¿CÓMO FUNCIONA EL REFUERZO INTERMITENTE EN LA PAREJA?
Para explicar cómo funciona el refuerzo intermitente en la pareja, pondremos un ejemplo que clarifica la situación. Imagina que conoces a alguien que muestra interés por ti, tras verlo esa persona te envía muchos mensajes y decidís quedar un par de veces. En esa última vez, esa persona tuvo incluso un detalle (pagó tu cena, te trajo un pequeño obsequio…) y, de repente, deja de enviarte mensajes y de responder, o de responder con monosílabos y frases cortas y secas. Es decir, toda la atención que antes parecía haberte prestado de repente de desvanece. Esto hace que te preguntes ¿qué está ocurriendo?
Es evidente que para la persona que deja de recibir dicha atención, todo esto resulta confuso en extremo y empieza a preguntarse qué ha hecho mal. Por ejemplo, si ha demandado atención y la otra parte se ha empezado a agobiar. La persona como consecuencia a esto va a reaccionar de dos posibles maneras:
- A) va a volverse distante con la persona o,
- B) va a angustiarse y a aumentar su respuesta, es decir, va a enviar más mensajes a la persona que le está ignorando esperando recibir la misma atención que tenía al principio y no tiene.
Y, justo cuando ya no esperabas ese mensaje, recibes un “¿qué tal estás?” O un “¿cómo has pasado el fin de semana?”. Esta persona que había desaparecido durante una semana se vuelve la persona más habladora y disponible de todos los que te rodean y te propone volver a quedar de nuevo como si nada… este proceso se convierte en un bucle que se sucede constantemente, hasta que termináis discutiendo porque tú no entiendes por qué actúa así. La otra persona que acusa de “pesado o pesada”. Pasado un par de días desde la discusión, te vuelve a hablar con un tono cariñoso… y vuelve a empezar el bucle de nuevo. Este sería un ejemplo de refuerzo intermitente, aunque existen muchos más.
Por ejemplo, si un día tu pareja se enfada porque sales con tus amigos/as a tomar unas cervezas y, cuando te quedas en casa al día siguiente se muestra cariñoso/a y atento/a contigo, pero la semana que viene cuando decides quedarte en casa se enfada contigo. ¿cómo es posible si te has quedado en casa y no has quedado con tus amigos/as?
Estos ejemplos se pueden encontrar en multitud de situaciones, no son nada positivos y, acaban generando actitudes y/o comportamientos tóxicos que dan lugar a relaciones tóxicas donde las discusiones de pareja se suceden sin fin. Se convierte en un círculo vicioso donde la pareja discute, pasan un buen tiempo juntos, vuelven a discutir, etc.
Es obvio que las constantes discusiones van a generar tensión y desgaste en la pareja al cabo de un tiempo, y también en cada miembro por separado. En las personas narcisistas, el o la narcisista suelen utilizar este tipo de comportamiento para que la otra persona se enganche de él o de ella, de manera que la víctima genera dependencia emocional y una baja autoestima.
¿CÓMO APRENDER A DETECTAR EL REFUERZO INTERMINENTE?
Tomando como ejemplo las situaciones expuestas anteriormente, estos tipos de refuerzo se caracterizan por un patrón de acercamiento y alejamiento constantes. Por ejemplo, una pareja que lo deja y vuelve, lo deja y uno busca al otro, se vuelve a alejar y luego vuelve a buscarlo… estos son claros ejemplos de comportamientos intermitentes.
En estos casos, las muestras de cariño, apoyo y atención son inconstantes y no hay ninguna causa aparente por la que esto ocurra. Este tipo de relaciones suelen ser emocionalmente muy intensas y también suelen ser relaciones cargadas de malestar por ambas partes.
¿CÓMO CORTAR EL REFUERZO INTERMITENTE EN UNA RELACIÓN DE PAREJA?
Como ya hemos mencionado, las relaciones en las que se produce refuerzo intermitente son altamente adictivas. La atención y/o las muestras de cariño, atención pueden ser comparadas a “drogas”. De manera que para intentar desengancharnos deberemos limitar al máximo el contacto con dicha persona: no cogerle el móvil, no responder o escribirle mensajes, no hablar de dicha persona con nuestro entorno, no mirarle las redes sociales… esto recibe el nombre de “contacto cero” y supone una herramienta muy útil para alejarnos de una persona cuando nos resulta muy difícil hacerlo, especialmente por el refuerzo que recibimos no haciéndolo.
Aunque al principio pueda ser muy duro y nos pueda causar malestar no saber nada de esa persona, con el tiempo comenzaremos a olvidarla y volveremos a ser los dueños de nuestra propia vida.
¿CÓMO ACTUAR ANTE EL REFUERZO INTERMITENTE EN UNA RELACIÓN DE PAREJA?
Lo primero que tienes que hacer es intentar detectar este tipo de patrón de reforzamiento. Puede ser que seas tú y no tú pareja quien lo esté haciendo sin darse cuenta. Si es así, trata de corregirlo para evitar la tensión y el desgaste que genera en la pareja y en uno/a mismo/a.
Si ocurre en el caso contrario y eres la víctima, también es importante que lo detectes y afrontes a tu pareja con un buen estilo comunicativo. Si no se corrige y/o no lo admite, sé paciente y espera para ver si lleva a cabo este comportamiento para señalárselo de manera que le puedas explicar cómo te sientes y cómo afecta a vuestra relación de pareja. Si sigue sin admitirlo, y no quiere corregirlo o te está haciendo daño, plantéate en abandonar esa relación. Será duro a corto plazo, pero va a merecer la pena.
¿TODOS PODEMOS CAER ANTE ESTE TIPO DE RELACIONES?
La respuesta es sí, todos en algún momento de nuestras vidas podemos caer en este patrón vicioso y bien ser los que lo recibamos, o los que llevemos a cabo el refuerzo intermitente. Nuestro bagaje emocional y nuestras experiencias pasadas influyen inevitablemente en el afrontamiento de las emociones y la relaciones, y también en cómo nos relacionamos con los demás. Lo importante es saber detectarlo y poder trabajar las posibles causas para desarrollar una manera más sana de relacionarlos con el entorno. Si crees que es tu caso, acude a un profesional de la salud mental.
BIBLIOGRAFÍA:
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