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Estilos comunicativos:

 

Un paso más cerca de la asertividad

 

 

 

Roxana Maria Anei

 

¿Qué son los estilos comunicativos?

 

Estos se pueden definir como las diferentes maneras que tienen las personas de comunicarse con su entorno, intercambiando información. Interfieren de manera directa en la calidad de las relaciones interpersonales y son muy significativos en la resolución de conflictos, por lo que es importante reconocer el estilo propio y saber cómo gestionarlo.

 

Existen 3 principales estilos de comunicación, expuestos a continuación:

  • Estilo asertivo: según Riso (1988), la conducta asertiva es aquella que permite a la persona expresar adecuadamente (sin distorsiones cognitivas  o  ansiedad  y  combinando  los  componentes verbales  y  no  verbales  de  la manera  más  efectiva  posible)  oposición  (decir  no,  expresar  desacuerdos,  hacer  y recibir  críticas,  defender  derechos  y  expresar  en  general  sentimientos  negativos)  y afecto  (dar  y  recibir  elogios,  expresar  sentimientos  positivos  en  general)  de  acuerdo con sus intereses y objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar la meta propuesta. La persona asertiva evita que la manipulen, es más libre en sus relaciones interpersonales, cuenta con una autoestima más alta y muestra una conducta más respetuosa hacia los demás (Güell i Barceló & Muñoz Redón, 2000).
  • Estilo pasivo: Güell i Barceló y Muñoz Redón (2000) asocian este estilo a sentimientos de culpabilidad, ansiedad y baja autoestima. Las personas pasivas tienen temor de molestar a los demás, tienen dificultad para afrontar una negativa o un rechazo y sufren de un sentimiento de inferioridad. Frecuentemente, aceptan peticiones y consienten situaciones aunque no sean de su agrado.
  • Estilo agresivo:(Aguilar-Morales & Vargas-Mendoza, 2010)definen este estilo como una conducta en la que se violan los derechos de los demás a base de ser beligerante, humillarles y despreciarles. Las personas con un estilo agresivo son explosivas, de reacción imprevisible y hostil. Además, tienden a decidir por otras personas, ignorando sus deseos.

Sabiendo esto, se podría concluir que lo ideal (tanto para uno mismo, como para los demás) es tener una conducta asertiva. Sin embargo, tras identificar que no somos todo lo asertivos que quisiéramos, a veces es difícil saber por dónde empezar a modificar nuestro comportamiento.

 

 

Los derechos asertivos

 

El primer paso para poder cambiar nuestra conducta es saber por qué lo hacemos, siendo una de las razones más importantes que “tenemos derecho” a ello. El autor Vicente Caballo (1993), recogió un total de 25 derechos asertivos (una de las listas más extensas y concienzudas), estableciendo que las personas tenemos derecho a:

  1. Ser tratados con respeto y dignidad
  2. Equivocarnos y ser responsables de nuestros errores
  3. Tener nuestras propias opiniones y valores
  4. Tener nuestras propias necesidades y que sean tan importantes como las de los demás
  5. Experimentar y expresar los propios sentimientos, así como a ser sus únicos jueces
  6. Cambiar de opinión, idea o línea de acción sin que por eso nos tengamos que sentir menos
  7. Protestar cuando se nos trata injustamente
  8. Intentar cambiar lo que no nos satisface
  9. Detenernos y pensar antes de actuar
  10. Pedir lo que queremos
  11. Hacer menos de lo que humanamente somos capaces de hacer
  12. Ser independientes
  13. Decidir qué hacer con nuestro propio cuerpo, tiempo y propiedad
  14. Sentir y expresar el dolor
  15. Ignorar los consejos
  16. Rechazar peticiones sin sentirnos culpables o egoístas
  17. Estar solos aun cuando deseen nuestra compañía
  18. No justificarse ante los demás
  19. No responsabilizarse de los problemas de otros
  20. No anticiparse a las necesidades y deseos de los demás
  21. No estar pendiente de la buena voluntad de los demás
  22. Elegir entre responder o no hacerlo
  23. Hablar sobre el problema con la persona involucrada y aclararlo en casos límites en que los derechos de cada uno no están del todo claros
  24. Hacer cualquier cosa mientras no violes los derechos de otra persona
  25. Escoger no comportarte de forma asertiva o socialmente hábil

 

 

Los tres pasos de la conducta asertiva

 

Diversos autores concuerdan en que la conducta asertiva se manifiesta a través de tres sencillos pasos:

  • Primero, la escucha activa. Consiste en escuchar con atención lo que nuestro interlocutor tenga que decir, dando muestras (mediante lenguaje verbal y no verbal) de nuestro interés por lo que está contando. Este paso está muy asociado al empleo de la empatía.
  • Decir lo que uno piensa. Se trata de expresar nuestra opinión y sentimientos, aún cuando no estemos de acuerdo con lo que nuestro interlocutor ha argumentado. Es útil el uso de expresiones como “no obstante” y “sin embargo”.
  • Mostrar los propios deseos. Es el momento de indicar aquello que se desea, de manera clara y directa.

 

 

Estrategias asertivas

 

Una vez conocidos e interiorizados los estilos de comunicación, los derechos asertivos, los tres pasos de la conducta asertiva y evaluado cuál es nuestro estilo, podemos poner en práctica las principales estrategias asertivas, adaptándolas a diversas circunstancias. Con la práctica, muchas de estas técnicas son automatizadas y dejan de requerir una atención concreta cada vez que se usan. Cuando llegan a formar parte del repertorio de conductas y están interiorizadas, su uso se hace prácticamente de forma inconsciente.

  • Lenguaje corporal: consiste en mantener una postura relajada, firme y cómoda. Además, el contacto físico y ocular se emplean de la manera adecuada en cada momento, al igual que el tono de voz.
  • Banco de niebla: es una técnica que consiste en no negar ninguna de las críticas realizadas por el interlocutor, y tampoco contraatacar con otras críticas. Se trata de escuchar la crítica y convenir con parte de ella, para seguidamente matizarla. Es aconsejable su uso en aquellas situaciones de abierta manipulación por parte del interlocutor.
  • El disco rayado: consiste en ser persistente repitiendo una y otra vez lo que queremos sin enfadarnos, irritarnos o levantar la voz. Es la repetición reiterada, aunque pausada y tranquila, de aquellas frases que explican nuestro propio punto de vista. De esta manera conseguiremos que nuestro mensaje acabe por llegar al interlocutor y llame su atención sin que pueda ignorarlo. El fin es hacernos oír pero sin dejar de sentirnos cómodos.
  • Técnica del sándwich: utilizada para hacer críticas a los demás, pero sin que éstas recaigan sobre la otra persona como hirientes. Consiste en destacar algo bueno, introducir la crítica y, por último, acabar con otro comentario positivo.

 

 

Referencias

Aguilar-Morales, J. E., & Vargas-Mendoza, J. E. (2010). Comunicación asertiva

Caballo, V. E. (1993). Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Siglo XXI.

Güell i Barceló, M., & Muñoz Redón, J. (2000). Desconócete a ti mismo: programa de alfabetización emocional. Paidós.

Riso, W. (1988). Entrenamiento asertivo. Aspectos conceptuales, evaluativos y de intervención. Rayuela.

Torres, A. (2017). Los 3 estilos de comunicación, y cómo reconocerlos. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/estilos-comunicacion