La psicología tras las sectas
Roxana Maria Anei
¿Qué son las sectas?
Expertos en diversos campos de conocimiento como la Psicología Social, la Antropología o la Sociología han dado su propia definición de este fenómeno tan llamativo como misterioso. Basándonos en algunas definiciones como la de Rodríguez (1990) y Salarrullana (1990) podemos decir que una secta es un grupo de personas que comparten una creencia o ideología común y que se caracteriza por tener una estructura jerárquica y un líder carismático que ejerce un gran control sobre sus miembros, aportándoles diferentes factores: seguridad, certeza, afecto, disciplina y rigor moral. Según Altarejos et al. (1999), la palabra «secta» proviene del latín «sectare», que significa «seguir» o «perseguir», y se refiere a un grupo de personas que siguen a un líder o fundador y que se separan de una religión o ideología ya existente.
Algunas de las sectas más reconocidas a nivel mundial son:
- La Familia Manson: fundada en California en 1967 por Charles Manson, llegó a cometer 7 asesinatos con el fin de precipitar una guerra racial entre blancos y negros(El Universal, 2019).
- Heaven’s Gate: fundada por Marshall Applewhite y su mujer, Bonnie Nettles. Produjo el suicidio colectivo de 39 personas como forma de ascender al “Siguiente Nivel” por el paso del cometa Hale-Bopp (Viramontes, 2019).
- KuKluxKlan: comenzó en 1865 con 6 jóvenes que buscaban diversión, pero llegó a tener más de cuatro millones de integrantes. Su objetivo era aterrorizar y matar, primero a afrodescendientes y después a personas judías, católicas, homosexuales, sindicalistas, comunistas, blancas que defendían los derechos de las personas negras y cualquiera que no encajara en su ideología de supremacismo blanco protestante. Es un grupo todavía activo a día de hoy, con cerca de 8.000 miembros (Mediavilla, 2022).
¿Cómo se forman? Factores predisponentes
Aunque lo cierto es que cada persona llega a ingresar a un grupo sectario por motivos diferentes, Gonzáles et al. (2000) afirma que se pueden encontrar algunos elementos comunes a la mayoría de trayectorias de estas personas. Esto no hace necesario que todos los seguidores cumplan con todos los criterios, ni en el mismo grado. Sin embargo, existen múltiples factores (no excluyentes entre sí), que pueden predisponer o propiciar el ingreso en una secta:
- Contenido y forma del mensaje. Buscan que estén en sintonía con los esquemas mentales, necesidades e intereses del sujeto. Las personas inconformes con las opciones espirituales, religiosas e ideológicas que existen a su alrededor, tienen más tendencia a buscar este tipo de “nuevas experiencias”.
- Proximidad del reclutador. A mayor cercanía y confianza entre el miembro perteneciente al grupo y la persona a captar, mayor probabilidad de que su mensaje sea significativo y, por tanto, tenido en cuenta. Por ejemplo, que la información llegue al sujeto a través de un amigo, familiar o maestro.
- Situación de crisis. Se entiende como el paso por una situación complicada a nivel familiar, laboral o personal, o un acontecimiento doloroso que haya dejado a la persona sin recursos de afrontamiento y resolución. El malestar vivenciado lleva a la necesidad de alivio, lo cual se consigue (entre otras muchas formas), cediendo el control de uno mismo a la disciplina grupal.
- Juventud. Es un factor de riesgo debido a que el sujeto todavía está definiendo o estabilizando su identidad personal, por lo que está más receptivo a todo tipo de alternativas de conducta.
- Sistema desestructurado o disfuncional. Las personas que provienen de entornos familiares disfuncionales son más propensas a formar parte de grupos sectarios, debido a la búsqueda de satisfacer sus necesidades de afiliación o pertenencia.
- Inestabilidad social. Este factor se encuentra presente en aquellas personas carentes de valores sólidos, con sentimientos de amenaza por el ritmo social, insatisfechas con la vida que llevan, desilusionadas o sobrepasadas por la sociedad actual. Estos sujetos buscan un tipo de sociedad regulada y estructurada que ordene su vida.
- Ignorancia hacia los mecanismos de manipulación. Quien no posea la información necesaria sobre este tipo de grupos y su manera de actuar, tendrá menos probabilidades de identificar la manipulación y será menos crítico con sus acciones e ideales.
- Condición física y psicológica. Se consideran facilitadoras de la captación todas aquellas condiciones físicas y psicológicas que de alguna manera limiten las capacidades de autocontrol e independencia del sujeto. Por ejemplo, discapacidades físicas, enfermedades crónicas o algunas psicopatologías.
En definitiva, según Gonzáles et al. (2000), las sectas están diseñadas para atender a distintas necesidades humanas: felicidad, bienestar, pertenencia, sentido existencial, estabilidad emocional, etc. Es decir, que cumplen una clara función en la vida de sus seguidores, distinta para cada uno. Los grupos sectarios detectan esta serie de necesidades en las personas, y utilizan diversos mecanismos de captación con la promesa de cumplirlas, a cambio de que dicha persona sea convierta en fiel seguidora.
Mecanismos de captación y adoctrinamiento
Gonzáles et al. (2000) y Urra Portillo (2019) mencionan algunos de los mecanismos más utilizados:
- Intentar aliviar el malestar humano. Se aprovechan del momento de debilidad del otro, prometiéndole alivio para su problemática.
- Formación de organizaciones sanas: enmascaran la secta con consultas psicológicas, actividades esotéricas, movimientos asociacionistas, charlas sobre temas espirituales, cursillos de crecimiento personal… Todo ello enfocado hacia colectivos (vulnerables) que estén buscando algo parecido al mensaje que quiere transmitir el grupo sectario.
- Generar necesidades y soluciones. Generan a las personas unas necesidades “a medida”, tras lo cual les ofrecen la solución perfecta, que no encontrarán en ningún otro lugar.
- Técnicas de persuasión coercitiva. Coloquialmente conocidas como “lavado de cerebro”, consisten en eliminar parte de la personalidad de la persona, sobre todo aquella relacionada con el pensamiento crítico. Esto se consigue aislando a la persona (limitando el acceso a fuentes de información externa, restringiendo relaciones interpersonales), controlando sus conductas (limitando la libertad de movimientos, reteniendo documentación identificativa, programando con detalle las rutinas diarias), propiciando la despersonalización (uniforme, educación de los más pequeños, aplicación de refuerzos y castigos, supresión de bienes personales) y manipulando las condiciones fisiológicas (sueño, alimentación, etc.). Urra Portillo (2019) clasifica estas técnicas en 4 tipos de control: de la conducta, de la información, de las ideas y de las emociones.
Existen múltiples teorías sobre los mecanismos que actúan sobre la persona que comienza a pertenecer a una secta, pero los expuestos anteriormente se podrían considerar los que engloban los demás.
¿Quién puede salir de una secta? ¿Cómo se consigue salir?
Las evidencias recogidas por Urra Portillo (2019) señalan que la mayor parte de los ex miembros pertenecientes a grupos sectarios, abandonaron el grupo por métodos propios sin ningún tipo de ayuda externa. La principal causa de abandono es la decepción que surge en las personas cuando perciben inconsistencias entre la doctrina y las prácticas reales llevadas a cabo. A partir de ahí, empiezan a tener nociones sobre la idea de haber sido engañados. Sin embargo, en este punto deberán ser cuidadosos, ya que si los demás miembros del grupo perciben esa decepción o cuestionamiento, intentarán intensificar algunos de los mecanismos coercitivos mencionados anteriormente.
Por otro lado, las familias o amigos tienen un papel fundamental si se desea combatir la influencia de la secta en el adepto, puesto que pueden volver a influir sobre el sujeto para que pueda cuestionarse el modo de vida sectario.
Referencias
- Altarejos, F., Polaino-Lorente, A., & López Escobar, E. (1999). Tres reflexiones sobre sectas (Educación – Psiquiatría – Opinión pública). Navarra Gráfica.
- Díaz, Á F. (2015). Sectas y manipulación mental. Un enfoque desde la Psicología. Lulu.com.
- El Universal. (2019). Las sectas más conocidas. https://interactivo.eluniversal.com.mx/2019/sectas-mas-conocidas/
- Gonzáles Álvarez, J. L., Ibáñez, J., & Muñoz, A. M. (2000). Introducción al estudio de las sectas. Papeles Del Psicólogo, (76), 51-56. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77807608
- Mediavilla, M. (2022). KuKluxKlan, símbolo infame del odio racista. Amnistía Internacional, https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/ku-klux-klan-simbolo-infame-del-odio-racista/
- Rodríguez, P. (1990). El poder de las sectas. Ediciones B.
- Salarrullana, P. (1990). Las sectas. Ediciones Temas de Hoy.
- Urra Portillo, J. (2019). La huella de la despersonalización: estrategias de prevención y afrontamiento de las sectas y grupos fanáticos. Morata D.L.
- Viramontes, S. (2019). El camino al Siguiente Nivel. Gatopardo https://gatopardo.com/arte-y-cultura/suicidio-colectivo-heavens-gate/