Consecuencias del uso de las redes sociales
Por Susana Robledo Morales
En los últimos años se ha popularizado el uso de redes sociales (RR. SS.) como WhatsApp, Twitter, Facebook o Instagram. Estas han producido una serie de cambios a la hora de relacionarnos con nosotros mismos y los demás: las RR. SS. favorecen una conectividad entre grupos o individuos mediante la publicación de distintos tipos de información (texto, imágenes, vídeo…) y la respuesta a dichos contenidos desde un entorno que permite cierto anonimato y carencia de jerarquías. En los últimos años se ha observado que el uso de las RR. SS. trae consigo una serie de consecuencias psicosociales negativas, afectando a la autoestima, el autoconcepto, las relaciones sociales, la forma en la que interpretamos los estímulos de nuestro alrededor, etc.
Esta problemática es especialmente peligrosa en la adolescencia, ya que en esta etapa se forma la identidad personal. En este periodo, los amigos y compañeros pasan a ser muy relevantes, siendo referentes a la hora de modular ciertos aspectos de su personalidad. Es por ello que los jóvenes están sometidos a una gran presión social por encajar en los cánones de belleza, por ser populares y recibir comentarios o validaciones positivas por parte de otros usuarios. Buscan la aceptación por medio de publicaciones que en muchas ocasiones se alejan de su situación real. Por otra parte, las personas que ven estas publicaciones de una realidad distorsionada comparan su vida imperfecta con los lujos y aparente felicidad de las personas y llegan a la conclusión de que su vida no es tan agradable como la de los demás. Toda esta situación provoca consecuencias psicológicas, sociales y culturales, ya que “la apariencia se convierte en la experiencia”.
A su vez, las personas con baja autoestima desarrollan dependencia de los “me gusta”, ya que estos simbolizan la aprobación social. A partir de estos, el usuario se definirá y tenderá a aumentar la cantidad de publicaciones para obtener el refuerzo de la aceptación social, recordando a los demás que existe, que merece una admiración y que forma parte del grupo social. En algunos casos, esta situación puede desembocar en conductas adictivas, especialmente en jóvenes que no poseen unas habilidades sociales adecuadas. La adicción a las RR. SS. se caracteriza por una pérdida de control sobre el uso de internet que lleva a una falta del funcionamiento en varios aspectos de la vida del sujeto como sus relaciones sociales, la higiene, el rendimiento académico, etc.
Filtros de belleza
La inclusión de los filtros de belleza de Snapchat a Instagram ha favorecido la creación de expectativas hacia un ideal difícil de alcanzar. De esta forma, aumentan las inseguridades en relación a la apariencia física actual, así como disminuye la autoestima. Algunos expertos han bautizado este fenómeno como “dismorfia de Snapchat”. Estudios recientes afirman que más de la mitad de las personas que acuden a cirujanos plásticos en Estados Unidos manifiestan querer parecerse a alguno de los filtros de sus redes sociales favoritas.
El autoconcepto se ve gravemente dañado cuando la persona compara su yo real con su yo retocado. El pensamiento de que la imagen retocada es mucho más apetecible que la verdadera provoca en el usuario una disminución de la autoestima, pudiendo llegar en algunos casos a provocar un trastorno dismórfico corporal. Además, el acostumbrarse a verse siempre con los filtros o retoques puede desembocar en un trastorno disociativo, donde se produce una ruptura entre la imagen real de la persona, quien ni siquiera se reconoce entre esas facciones.
Otro trastorno que se ha descrito en relación al uso de filtros de Instagram es el trastorno obsesivo, en el que las personas muestran una preocupación persistente en mitigar sus defectos físicos, ya que estos les producen un profundo malestar. La obsesión también puede estar dirigida a que las fotografías sean vistas y admiradas por los demás, efecto que se ha denominado “síndrome del selfie”.
Consecuencias sociales
Una de las características que definen las redes sociales es la posibilidad de establecer comunicaciones desde el anonimato o incluso mediante identidades falsas, lo que puede llevar a conductas de exhibicionismo, engaño o agresividad.
Otro de los peligros sociales del uso de las RR. SS. es el ciberbullying. En internet se pueden expresar ciertas críticas o comentarios desde un distanciamiento afectivo importante, con un bajo nivel de empatía y sin tener acceso directo a la reacción emocional de la otra persona. Además, la propagación de la información en internet es muy rápida, pudiendo llegar a un alto número de personas en pocos segundos.
Uso correcto de las redes sociales
Es importante incentivar en los jóvenes un uso adecuado de las redes sociales, favoreciendo la trasmisión de mensajes no dañinos que enriquezcan el propio desarrollo. Algunas de las conductas a trabajar pueden ser el aumentar su capacidad de reflexión respecto al contenido de las redes sociales, incrementar el autocontrol, reducir la impulsividad y postergar el reforzamiento inmediato que se obtiene con el uso de este tipo de plataformas, además de favorecer la consulta y el pedir ayuda a personas adultas en el caso de que se dé alguna situación peligrosa.
Referencias
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Clemente, R. G., Laredo, K. M. L., & Garzón, S. T. (2019). El impacto del uso de la red social Instagram en la autoestima del estudiante adolescente. SOCIAL REVIEW. International Social Sciences Review/Revista Internacional de Ciencias Sociales, 8(3), 197-209. https://journals.gkacademics.com/revSOCIAL/article/view/2324
Raffio, V. (2019). La obsesión por los filtros de Instagram amenaza la autoestima de los usuarios.https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20191130/obsesion-filtros-belleza-instagram-autoestima-cirugia-estetica-efectos-psicologicos-7743564